La excedencia voluntaria es una herramienta útil en caso de que necesites un respiro temporal de tus responsabilidades laborales. Esta opción permite a los empleados alejarse del trabajo por razones personales sin perder su vínculo con la empresa.
Aunque no conlleva una obligación por parte de la empresa de reincorporación inmediata, ofrece flexibilidad.
En este artículo, explicaremos cómo estructurar tu solicitud de excedencia voluntaria y proporcionaremos ejemplos claros que te permitan adaptarlos a tu situación.
Una excedencia voluntaria es una opción que tienes como trabajador para suspender temporalmente tu relación laboral con una empresa. Esta decisión es tomada de manera voluntaria y se acuerda con tu empleador.
Durante este período, no estás obligado a prestar servicios, y el empleador no te paga un salario.
En el caso de la excedencia laboral, existen diferentes tipos. Uno de ellos es la excedencia forzosa, que se diferencia de la voluntaria porque no depende de tu elección, sino a circunstancias externas, como es el caso de los deberes públicos.
La excedencia voluntaria te permite dedicar tiempo a otras actividades. Es común que los trabajadores utilicen esta opción para estudiar, cuidar de la familia o emprender proyectos personales.
No es necesario justificar tus motivos al solicitarla.
Para pedirla, necesitas tener al menos un año de antigüedad en la empresa. Es fundamental especificar el tiempo de duración, que debe ser mínimo de cuatro meses y no más de cinco años.
En contraste con otros tipos de excedencia laboral, la voluntaria no garantiza el retorno al mismo puesto. Puedes volver si hay vacantes disponibles, así que es esencial tener en cuenta este aspecto antes de tomar una decisión.
Hay varias situaciones en las que podrías considerar solicitar una excedencia voluntaria. Esta opción es relevante cuando necesitas una pausa laboral sin dejar tu puesto de forma definitiva.
Uno de los motivos más comunes es el cuidado de un hijo. Si encuentras que tus obligaciones parentales requieren más tiempo del que tienes, podrías beneficiarte de esta herramienta.
Otro escenario es cuando debes encargarte del cuidado de un familiar. Esto incluye situaciones donde un ser querido necesita atención continua debido a una enfermedad o discapacidad.
Solicitar una excedencia en estos casos te permitirá centrarte en sus necesidades sin preocuparte por tus obligaciones laborales inmediatas.
Si estás involucrado en funciones sindicales, podrías necesitar tiempo para dedicarte a las responsabilidades que estas implican. Es un recurso útil que te ayuda a equilibrar tus compromisos personales y laborales.
Además, si decides dejar tu trabajo actual por otro asunto personal que no implique un cambio permanente, una baja voluntaria podría ser la solución adecuada. Ofrece la flexibilidad necesaria sin cortar el vínculo con tu empleador.
En cada uno de estos casos, la excedencia voluntaria te ofrece la oportunidad de gestionar tu vida personal y profesional de manera más efectiva, asegurando que tus responsabilidades fuera del trabajo no se vean comprometidas.
Para redactar una solicitud de excedencia voluntaria:
Incluye tu nombre completo, dirección, número de DNI y cualquier dato adicional relevante.
Usa el nombre completo de la persona a quien te diriges y su puesto en la empresa. Esto muestra respeto y asegura que el documento llegue a la persona correcta.
Especifica la fecha desde la cual deseas que comience la excedencia y la duración que planeas que tenga.
Es importante mencionar si hay razones específicas para tu solicitud, aunque no siempre es obligatorio incluirlas. Puedes optar por mantener la privacidad y simplemente mencionar que la pides por cuestiones personales.
Puedes concluir tu carta solicitando una respuesta por escrito. Así quedará documentación formal sobre la aceptación o negación de la solicitud.
Termina el documento con una despedida formal y tu firma. Este gesto profesional puede ayudar a mantener relaciones laborales positivas.
Asegúrate de revisar el documento antes de enviarlo, para evitar errores que puedan causar confusión o retrasos en tu solicitud.
Debes presentar la solicitud con el tiempo de preaviso estipulado en tu convenio colectivo o contrato laboral.
Generalmente, este plazo oscila entre 15 días y un mes antes del inicio de la excedencia.
Es imprescindible cumplir con este requisito para asegurar el procesamiento correcto de tu solicitud y evitar inconvenientes.
Para solicitar una excedencia voluntaria, generalmente necesitas haber trabajado en la empresa durante al menos un año.
Además, es probable que debas especificar el motivo de tu solicitud. No se requiere justificar una causa determinada, pero sí hacer la petición formalmente y por escrito.
La empresa debe concederla, salvo motivos operativos justificados.
La duración de la excedencia voluntaria suele variar entre un mínimo de cuatro meses y un máximo de cinco años, dependiendo del acuerdo específico con tu empleador o convenio colectivo aplicable.
Es importante determinar la duración exacta antes de solicitar la excedencia y acordarlo con la empresa para que quede claramente establecido.
La excedencia voluntaria implica la suspensión temporal del contrato, no su finalización. Durante este tiempo, tus derechos laborales están en pausa, lo que incluye la percepción de salario y otras prestaciones.
Al terminar la excedencia, tienes derecho a solicitar la reincorporación a la empresa, aunque no siempre se garantiza el mismo puesto.
Sí, puedes trabajar para otras empresas durante tu excedencia, a menos que tu contrato incluya cláusulas de exclusividad que lo prohíban.
Sin embargo, es aconsejable informar a tu empleador sobre tus intenciones de trabajar en otra empresa para evitar posibles conflictos o malentendidos respecto a tus obligaciones contractuales actuales.