¿Qué es un contrato fijo-discontinuo?
El contrato fijo-discontinuo es un contrato indefinido de carácter especial en el que la prestación laboral se realiza de forma intermitente, en función de las necesidades de la empresa. La característica clave es que existe una repetición en la actividad: campañas agrícolas, temporadas turísticas, periodos de rebajas o fases productivas vinculadas a la demanda.
A diferencia del contrato temporal, no se extingue automáticamente al finalizar cada campaña. El trabajador permanece vinculado a la empresa y tiene derecho a ser llamado de nuevo cuando se reanude la actividad. La omisión del llamamiento puede considerarse un despido improcedente.
Además, los trabajadores tienen los mismos derechos que cualquier indefinido: cotización a la Seguridad Social durante los periodos de actividad, antigüedad acumulada, acceso a prestaciones por desempleo en los meses de inactividad y protección frente a la discriminación. Para conocer más detalles prácticos sobre la contratación, puedes consultar la Guía de contratos del SEPE.
¿Cuándo necesitas un contrato fijo-discontinuo?
1. Por actividades estacionales
En sectores estacionales como turismo, hostelería o agricultura, la demanda de trabajadores se concentra en determinados meses del año. Este contrato permite a la empresa contar con personal de confianza que regresa cada temporada, reduciendo la rotación y los costes de formación. Un ejemplo es el de un hotel costero que abre solo de abril a septiembre: con esta modalidad, sus camareros, cocineros y personal de limpieza mantienen el vínculo laboral y tienen derecho a ser llamados cada verano. Además, esta continuidad beneficia también al trabajador, que acumula antigüedad y puede acceder al paro en los periodos de inactividad.
Consejo de experto:
Cuando uses contratos fijos-discontinuos en actividades turísticas o agrícolas, establece un procedimiento de llamamiento por escrito (correo electrónico con acuse de recibo, carta certificada o burofax). Así, tanto empresa como trabajador tendrán prueba fehaciente de la comunicación y evitarán futuros conflictos legales.
2. En campañas cíclicas
El comercio y la logística dependen en gran medida de picos de actividad previsibles como las rebajas, la campaña de Navidad o la vuelta al colegio. En lugar de recurrir a contratos temporales nuevos cada año, el fijo-discontinuo garantiza que los mismos empleados regresen en cada ciclo, lo que se traduce en mayor eficiencia y rapidez en la adaptación. Un almacén de distribución, por ejemplo, puede contar con el mismo equipo de refuerzo cada diciembre para gestionar envíos, sabiendo que ya conocen el sistema interno y reduciendo los errores operativos.
3. Por producción intermitente
En el ámbito industrial, este contrato se ajusta a empresas cuya producción depende de la llegada de pedidos o de encargos puntuales, que no justifican mantener la plantilla activa de forma permanente. Una fábrica de mobiliario que recibe grandes proyectos de forma irregular puede utilizar esta modalidad para tener trabajadores cualificados disponibles en cada fase productiva. De este modo, la compañía mantiene una base estable de empleados experimentados sin incurrir en los costes de un contrato indefinido a jornada completa, y al mismo tiempo evita la precariedad de la contratación temporal.
Consejo de experto:
La ausencia de llamamiento injustificado puede considerarse despido improcedente. Para evitarlo, documenta siempre los criterios objetivos de reincorporación (antigüedad, experiencia, necesidades de producción) y conserva copias de todas las notificaciones enviadas.
¿Cómo hacer un contrato fijo-discontinuo?
Paso 1: Identificación de las partes.
El contrato debe comenzar con la correcta identificación de la empresa y del trabajador. Esto incluye nombre o razón social, CIF, domicilio social de la empresa, así como nombre completo, DNI/NIE, domicilio y, en algunos casos, datos de contacto del trabajador. Una redacción precisa aquí no solo es un requisito formal, sino también una forma de evitar confusiones en caso de que la empresa tenga varios centros de trabajo o varias marcas comerciales.
Paso 2: Objeto del contrato.
El objeto debe dejar claro que se trata de un contrato fijo-discontinuo regulado por el artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores, especificando la actividad concreta que justifica la intermitencia. Por ejemplo, se puede indicar que el trabajador prestará servicios “durante la temporada de verano en el área de restauración del hotel” o “durante la campaña de la recogida de aceituna”. Cuanto más detallado sea este apartado, más sencillo será justificar la naturaleza del contrato frente a una inspección laboral.
Paso 3: Jornada y horario.
Aunque la jornada puede ser a tiempo parcial o completo, es recomendable incluir una estimación de la duración de la actividad y la distribución de la jornada en los periodos de trabajo. No se trata de fijar un calendario cerrado, pero sí de orientar al trabajador sobre la previsión de horas y turnos. Un contrato que indique, por ejemplo, que se trabajará “40 horas semanales en turnos rotativos de mañana y tarde durante la temporada de apertura del establecimiento” transmite claridad y evita reclamaciones por cambios inesperados.
Paso 4: Procedimiento de llamamiento.
Este es uno de los apartados más importantes. La ley obliga a que el llamamiento se realice siguiendo criterios objetivos y transparentes, para garantizar la igualdad de oportunidades. Por ello, conviene detallar el medio de comunicación (carta, email certificado, burofax) y el plazo mínimo con que se avisará al trabajador. Además, muchos convenios colectivos regulan este proceso, estableciendo que la antigüedad es el criterio preferente para decidir el orden de reincorporación. Documentar este procedimiento protege a la empresa de futuras reclamaciones y da seguridad al trabajador.
Paso 5: Retribución y condiciones.
El contrato debe establecer el salario y las condiciones laborales de acuerdo con lo previsto en el convenio colectivo aplicable, con los mismos derechos que cualquier otro contrato indefinido. Esto incluye el salario base, complementos, pluses de antigüedad y cualquier beneficio social. Es recomendable especificar que las pagas extraordinarias y vacaciones se devengan en proporción al tiempo trabajado, salvo que el convenio disponga lo contrario. Incluir estos detalles desde el inicio reduce conflictos posteriores y garantiza que el contrato se ajuste plenamente a la normativa laboral vigente.
Consejo de experto:
Es importante dejar claro desde el inicio cómo se devengan las pagas extraordinarias y las vacaciones. Lo más habitual es calcularlas de forma proporcional al tiempo trabajado, pero algunos convenios pueden establecer reglas distintas. Revisar estas cláusulas a tiempo evita reclamaciones por diferencias salariales.
¿Qué debe contener un contrato fijo-discontinuo?
Un contrato fijo-discontinuo válido debe incluir, como mínimo:
- Datos completos de la empresa y del trabajador.
- Actividad concreta que justifica la intermitencia de la prestación laboral.
- Periodos estimados de inicio y fin de la actividad en cada temporada.
- Procedimiento objetivo de llamamiento, indicando los medios de notificación y los criterios de selección en caso de varios trabajadores.
- Condiciones salariales, jornada y demás derechos reconocidos en convenio colectivo.
- Referencia explícita al marco legal que lo regula (artículo 16 del Estatuto de los Trabajadores y normas sectoriales aplicables).
Cada uno de estos elementos es fundamental. Omitir, por ejemplo, el sistema de llamamiento, puede dar lugar a litigios laborales y a que el trabajador reclame un despido improcedente.
Consejos prácticos para elaborar un contrato fijo-discontinuo
- Sé específico en el llamamiento. Indica cómo se notificará (carta, email, burofax) y con cuánta antelación.
- Asegúrate de cumplir con el convenio colectivo. Muchos convenios incluyen cláusulas adicionales para esta modalidad.
- Evita cláusulas ambiguas. La falta de precisión puede provocar conflictos laborales.
- Utiliza un modelo estructurado. Con Legally.io puedes generar un contrato fijo-discontinuo adaptado a tu sector en minutos, asegurando que no falte ninguna cláusula clave y que todo esté conforme a la normativa vigente.
- Conserva registros del llamamiento. Así evitas reclamaciones por discriminación o incumplimiento.
Consejo de experto:
Usar modelos de contrato validados por expertos legales o generadores de documentos especializados como Legally.io te permite reducir riesgos y ahorrar tiempo. Personalizar cada contrato con base en las exigencias del convenio colectivo garantiza seguridad jurídica para ambas partes.
Conclusiones clave
El contrato fijo-discontinuo es una figura legal que combina la flexibilidad empresarial con la protección de los trabajadores. Es especialmente útil en actividades estacionales o cíclicas, donde se necesita personal en periodos concretos sin renunciar a la continuidad de la relación laboral.
Redactarlo con precisión evita problemas legales y garantiza el cumplimiento de la normativa. Incluir los elementos básicos, definir bien el llamamiento y ajustarse al convenio colectivo son pasos esenciales.
Para empresas y trabajadores, representa un equilibrio entre estabilidad y adaptación a la realidad productiva. Usar un modelo estructurado es la forma más sencilla de asegurar un contrato válido y eficaz.






