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Modelo y ejemplo de contrato de préstamo comercial

Contrato de prestamo en los negocios
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Contrato de prestamo en los negocios
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En el mundo empresarial, los préstamos son una herramienta clave para mantener la estabilidad financiera, cubrir necesidades de liquidez o impulsar nuevos proyectos. Un contrato de préstamo en los negocios permite documentar de forma legal y clara las condiciones en las que se entrega y devuelve una cantidad de dinero entre dos partes.

Este documento no solo protege al prestamista, sino que también ofrece seguridad jurídica al prestatario, al dejar constancia de todos los términos pactados.

En este artículo te explicamos qué es este contrato, cuándo se utiliza, cómo elaborarlo paso a paso, qué debe incluir y qué consejos seguir para asegurar que sea válido y eficaz desde el punto de vista legal y fiscal.

Tabla de contenido

¿Qué es un contrato de préstamo en los negocios?

Un contrato de préstamo en los negocios es un acuerdo jurídico mediante el cual una persona física o una empresa (el prestamista) entrega una suma de dinero a otra parte (el prestatario), quien se compromete a devolverla en un plazo determinado y bajo las condiciones establecidas, que pueden incluir o no el pago de intereses.

Este tipo de contratos puede celebrarse entre empresas, entre una empresa y un particular, o incluso entre socios y su sociedad, siempre que quede reflejada la voluntad de prestar y devolver una cantidad de dinero determinada.

En España, este tipo de acuerdos se regulan principalmente por el Código Civil (artículos 1740 y siguientes) y, en el ámbito mercantil, por el Código de Comercio, además de las normas tributarias sobre operaciones entre partes vinculadas y préstamos con intereses. Puedes consultar el texto legal completo en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Contar con este documento evita conflictos futuros y demuestra ante terceros (como bancos o la Agencia Tributaria) que el préstamo es legítimo y transparente.

¿Cuándo necesitas un contrato de préstamo empresarial?

1. Financiación entre empresas del mismo grupo

En los grupos empresariales es habitual que una sociedad preste fondos a otra para equilibrar su flujo de caja o cubrir necesidades puntuales de liquidez. Este tipo de operaciones, conocidas como préstamos intragrup, son perfectamente legales, pero deben cumplir con los principios de valor de mercado y transparencia fiscal. La Agencia Tributaria exige que se apliquen condiciones similares a las que existirían entre entidades independientes, conforme al artículo 18 de la Ley del Impuesto sobre Sociedades, que regula los precios de transferencia.

Además, el contrato debe reflejar claramente el importe, el plazo, los intereses y el destino de los fondos, pues un préstamo sin documentación formal puede considerarse una aportación encubierta de capital o una operación simulada. Es recomendable adjuntar informes financieros que justifiquen la necesidad del préstamo y establecer mecanismos de amortización que acrediten la devolución efectiva del dinero. De esta forma, se evita el riesgo de inspecciones o ajustes fiscales posteriores.

Consejo de experto:

Para préstamos intragrupo, documenta el tipo de interés a valor de mercado (benchmarks, comparables externos y memoria de precios de transferencia). Añade al anexo un rationale financiero (riesgo de crédito, plazo, garantías) y una tabla de comparables; así blindas el contrato ante ajustes de la AEAT y evitas que lo califiquen como aportación encubierta.

2. Apoyo financiero entre socios y su empresa

Cuando un socio financia a su propia sociedad o la empresa decide concederle un préstamo personal, se entra en el ámbito de las operaciones vinculadas. Estos contratos deben elaborarse con especial cuidado, ya que pueden generar consecuencias fiscales si no se diferencian de otras figuras como las aportaciones al capital social o los dividendos.

Un contrato bien redactado permite mantener la separación patrimonial entre el socio y la empresa, un aspecto clave tanto para efectos fiscales como mercantiles. Debe especificarse el tipo de interés, la finalidad del préstamo y la forma de devolución, asegurando que el tratamiento contable sea coherente con el acuerdo. En el caso de préstamos de socios a sociedades, es habitual que estos se registren como pasivos financieros, y los intereses se consideren gasto deducible, siempre que estén debidamente justificados.

También es importante documentar las condiciones en actas societarias y reflejar el movimiento en los libros contables, para reforzar la trazabilidad de la operación y evitar contingencias tributarias.

Consejo de experto:

Levanta acta de junta aprobando el préstamo, refleja el asiento contable (pasivo financiero) y presenta el modelo 600 aunque esté exento. Si existen pactos parasociales o limitaciones estatutarias (tope de endeudamiento, necesidad de aprobación previa), menciónalos en el contrato para alinear el préstamo con la gobernanza interna y evitar impugnaciones.

3. Obtención de liquidez o capital temporal

Las empresas atraviesan con frecuencia etapas en las que necesitan liquidez inmediata para hacer frente a pagos urgentes, como nóminas, impuestos o proveedores. En estos casos, el préstamo mercantil temporal es una alternativa ágil frente a la financiación bancaria, especialmente cuando los plazos o requisitos de los bancos resultan demasiado restrictivos.

El contrato de préstamo debe establecer un calendario de devolución realista y adaptable, ya que su incumplimiento podría derivar en mora o ejecución de garantías. Incluir una cláusula de vencimiento anticipado parcial o de renegociación de plazos puede ofrecer flexibilidad a ambas partes y prevenir conflictos. Asimismo, se recomienda incluir una descripción del motivo del préstamo, por ejemplo, “para financiar el pago de proveedores de la campaña X”, ya que esto aporta claridad y respaldo documental ante auditorías o revisiones contables.

Por otro lado, si se trata de un préstamo entre empresas no vinculadas, la existencia de un contrato formal demuestra la naturaleza mercantil de la operación y evita su reclasificación como una donación o ingreso irregular.

4. Financiación de expansión o nuevos proyectos

En fases de crecimiento o lanzamiento de nuevos productos, muchas pymes y startups optan por recurrir a préstamos de socios, familiares o inversores privados antes de acudir a la banca. Estos préstamos suelen tener un componente estratégico, ya que no solo proporcionan capital, sino también confianza en el proyecto y compromiso entre las partes.

En este tipo de operaciones es común incluir cláusulas de interés variable vinculado al éxito del negocio, o incluso de conversión del préstamo en participaciones sociales o acciones, una práctica frecuente en las rondas iniciales de financiación. Este tipo de contrato mixto combina elementos de préstamo y de inversión, por lo que su redacción debe ser extremadamente precisa.

También es aconsejable reflejar los escenarios de riesgo (como la pérdida del capital o la modificación del plan de negocio) y establecer mecanismos de resolución anticipada por acuerdo mutuo. Para garantizar seguridad jurídica y evitar conflictos entre socios o inversores, lo ideal es contar con un contrato validado por expertos mercantiles o generado mediante herramientas como Legally.io, que permiten incorporar estas cláusulas de manera correcta y conforme a la normativa vigente.

¿Cómo hacer un contrato de préstamo en los negocios?

Paso 1: Identifica correctamente a las partes.

La correcta identificación de las partes es el primer requisito de validez del contrato. Deben figurar: el nombre completo o la razón social, el NIF o CIF, el domicilio y, en su caso, la representación legal de quien firma. Si una de las partes actúa en nombre de una empresa, es esencial detallar el cargo que ostenta (administrador, apoderado, gerente) y adjuntar copia del poder notarial que lo faculte para firmar contratos financieros.

Omitir o describir incorrectamente estos datos puede provocar que el contrato sea impugnable o carezca de eficacia jurídica frente a terceros. Además, en operaciones entre sociedades vinculadas, la identificación precisa evita problemas de trazabilidad fiscal y acredita que el préstamo se celebró entre entidades distintas y legítimas. Es recomendable incluir una cláusula que confirme que ambas partes poseen plena capacidad legal y patrimonial para celebrar el acuerdo.

Paso 2: Define el importe, forma de entrega y destino del préstamo.

El importe prestado debe establecerse con exactitud, tanto en números como en letras, para evitar confusiones o discrepancias interpretativas. También conviene señalar la moneda (euros o divisa extranjera) y el método de entrega, especificando si se realizará mediante transferencia bancaria, cheque nominativo o efectivo, siempre dentro de los límites legales de pago en metálico según la Ley 7/2012 de prevención del fraude fiscal.

Si el préstamo tiene un propósito concreto, por ejemplo, financiar la compra de maquinaria, cubrir pagos urgentes o reforzar el capital circulante, debe indicarse expresamente. Esto aporta transparencia contable y refuerza la credibilidad del acuerdo ante inspecciones o auditorías. En el caso de operaciones internacionales, se recomienda añadir una cláusula que contemple la fluctuación del tipo de cambio o las comisiones bancarias aplicables.

Paso 3: Establece el plazo y el método de devolución.

El contrato debe determinar la duración total del préstamo, la fecha de vencimiento y el calendario de pagos acordado. Existen múltiples opciones: un único pago al finalizar el plazo o amortizaciones periódicas (mensuales, trimestrales o anuales), según la capacidad financiera del prestatario. Definir este punto con precisión ayuda a evitar conflictos sobre los plazos o sobre los intereses devengados.

Asimismo, debe especificarse si los pagos incluirán solo intereses o también amortización de capital. Un contrato bien estructurado puede incluso prever la posibilidad de amortización anticipada sin penalización o con una compensación razonable. Es recomendable incluir un cuadro de amortización como anexo, donde se detallen las fechas y los importes de cada pago. Esto ofrece claridad, facilita la contabilidad y demuestra la existencia de una planificación financiera sólida.

Consejo de experto:

Incluye un anexo de cuadro de amortización y una cláusula de reprogramación por tensiones temporales de caja (p. ej., permitir diferir 1–2 cuotas al final del plazo a cambio de un pequeño recargo). Añade amortización anticipada sin penalización si hay prepagos con exceso de tesorería, y define un orden de imputación (intereses → principal → comisiones) para evitar disputas.

Paso 4: Fija los intereses o la gratuidad del préstamo.

Cuando el préstamo genera intereses, el tipo debe expresarse claramente (por ejemplo, un 3% nominal anual) y acompañarse del método de cálculo: simple o compuesto. En caso de préstamos variables, debe definirse el índice de referencia (Euríbor, IRPH, etc.) y la periodicidad de revisión. Este nivel de detalle evita ambigüedades y protege a ambas partes frente a posibles reclamaciones judiciales.

Por el contrario, si se trata de un préstamo gratuito, es imprescindible indicarlo expresamente. De lo contrario, la Administración Tributaria podría presumir la existencia de intereses implícitos y exigir su tributación como rendimiento financiero. Además, la Ley de Represión de la Usura de 1908 prohíbe tipos de interés abusivos o desproporcionados, por lo que fijar una tasa razonable es esencial para la validez del contrato. Un consejo práctico es comparar el tipo pactado con los valores medios publicados por el Banco de España, asegurando así que el préstamo se ajuste al mercado.

Paso 5: Añade cláusulas de garantías y penalizaciones.

Las garantías son un elemento clave para proteger al prestamista frente a impagos o incumplimientos. Pueden ser personales (aval o fianza solidaria) o reales (hipoteca, prenda o retención de activos). Es recomendable especificar el valor de la garantía, su documentación y el procedimiento de ejecución en caso de mora. Esta previsión permite reclamar judicialmente de forma más ágil y sin necesidad de un nuevo acuerdo.

Asimismo, deben incluirse penalizaciones razonables por retraso o incumplimiento. Una cláusula habitual es aplicar un interés moratorio adicional del 2% mensual sobre el saldo vencido. También puede contemplarse la resolución anticipada del contrato si se incumplen pagos consecutivos o si el prestatario entra en concurso de acreedores. Estas disposiciones refuerzan la posición del prestamista y aportan seguridad jurídica a la operación.

Consejo de experto:

Si pactas garantías reales (prenda, hipoteca mueble/inmueble), especifica registro aplicable y gastos; sin inscripción, la garantía puede ser inoponible a terceros. Añade covenants de mantenimiento del colateral (seguros, no enajenar, reemplazo de activos) y una cláusula de sustitución de garantías para permitir cambios ágiles sin rehacer el contrato.

Paso 6: Firma y formalización.

Una vez revisado el contenido, ambas partes deben firmar el contrato en todas sus páginas, indicando la fecha y el lugar de firma. Aunque no es obligatorio elevarlo a escritura pública, hacerlo otorga una ventaja procesal importante: el documento adquiere fuerza ejecutiva, lo que permite reclamar judicialmente el pago sin necesidad de un juicio declarativo previo. En préstamos de cuantía elevada, esta formalización ante notario es altamente recomendable.

Además, si el contrato se firma en formato electrónico, debe hacerse mediante una firma digital cualificada que garantice su autenticidad e integridad. Herramientas legales como Legally.io permiten generar y firmar este tipo de contratos cumpliendo los estándares de validez jurídica y almacenamiento seguro. Conservar una copia digital y otra física es una práctica aconsejable para futuras auditorías o requerimientos administrativos.

¿Qué debe contener un contrato de préstamo entre empresas?

  • Datos completos del prestamista y prestatario.
  • Importe del préstamo y su destino.
  • Plazo y método de devolución, con calendario de pagos.
  • Intereses y forma de cálculo, si aplica.
  • Garantías, como avales o bienes en prenda.
  • Cláusulas de incumplimiento y consecuencias legales.
  • Ley aplicable y jurisdicción competente.
  • Firmas, fecha y lugar de firma.

También puede incluir disposiciones adicionales como la posibilidad de refinanciar la deuda, convertirla en participación accionarial o ceder los derechos del préstamo a un tercero. Estas cláusulas son frecuentes en operaciones entre empresas y deben revisarse cuidadosamente.

Consejos prácticos para redactar un contrato de préstamo empresarial

  • Utiliza plantillas actualizadas y adaptadas a la ley española. Los modelos obsoletos suelen omitir cláusulas esenciales o no contemplan requisitos de la Agencia Tributaria. Con Legally.io, puedes generar contratos siempre conforme a la legislación vigente.
  • Documenta cada movimiento de dinero. Conserva justificantes de transferencia, recibos o comprobantes bancarios. En caso de conflicto, estas pruebas serán fundamentales para demostrar la existencia y ejecución del préstamo.
  • Revisa las condiciones fiscales. Los préstamos entre empresas o socios deben declararse mediante el modelo 600 y, aunque están exentos del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, la presentación sigue siendo obligatoria.
  • Define claramente las penalizaciones y garantías. Un contrato completo no solo protege frente al impago, sino que también previene litigios por interpretación ambigua de las condiciones.
  • Firma electrónicamente el documento. Con plataformas como Legally.io, puedes firmar el contrato con validez jurídica y almacenarlo de forma segura, evitando pérdidas o deterioros del soporte físico.

Conclusiones clave

El contrato de préstamo en los negocios es esencial para formalizar operaciones financieras con seguridad jurídica.

Evita malentendidos, garantiza el cumplimiento de obligaciones y respalda la legalidad ante Hacienda, bancos o tribunales.

Redactarlo de forma precisa y completa es una inversión en confianza y transparencia.

Con herramientas como Legally.io, puedes crear documentos fiables y adaptados a tus necesidades sin depender de terceros ni correr riesgos legales.

Preguntas frecuentes

¿Por qué es importante un contrato de préstamo en los negocios?
¿Qué son los pagos de intereses en un préstamo empresarial?
¿Qué son las comisiones por pago tardío?
¿Cuándo se devuelve el dinero de un préstamo?
¿Debe estar notariado el contrato?
¿Qué impuestos se aplican a los préstamos entre empresas?
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